EN UN CALLEJÓN EN PENUMBRA

Vi mi sangre desparramada por el suelo sucio del callejón, mi creador se encontraba a mi lado, con una mano en mi espalda, tratando de calmarme, no recordaba nada de lo sucedido. El relato lo que me acababa de ocurrir… luego de eso, trate de reflexionar y solo pude recuperar varias escenas, mi infelicidad me inundo al repetir la escena en la que tres hombres me atacaban en la negrura de la medianoche, para luego derribarme con violencia contra el suelo; y despojarme de mis abrigadas ropas, hasta violarme, uno tras otro.
Recordé mis gritos de auxilio, pero nadie acudió, las calles a aquellas horas estaban desiertas, sentí lágrimas de impotencia sobre mi rostro, bajando lentamente hasta lograr saborearlas en mis labios.
-te encontré un segundo después, a tu corazón solo le quedaban unos pocos latidos. Observe desde las infinitas oscuridades la tortura que te impusieron.
- si observaste todo… ¿Por qué no los asesinaste?, ¿Acaso deseas un final como el mío para cada victima que luego resultara ser tuya?
- No deseo un final como el tuyo para todos, en este caso, las mujeres. No los asesine por que, luego de ver la brutalidad con la que te han tratado…decidí hacerte renacer para darles venganza. No serás mía, yo seré tan solo el que te revivió, tu creador. Luego de finalizar con los despreciables mal nacidos que te han hecho sufrir…te puedes alejar de aquí, y tener una vida inmortal, o si decides terminar con los brutales y luego irte en paz, dormida eternamente, lo entenderé, y me encargare de que tengas una muerte placentera, rápida y sin dolor.
- Si les doy muerte a los monstruos que me han despojado de mi dignidad, para luego irme eternamente, recibir la muerte que me has propuesto, no tendré paz. No dejare a los infelices que me violaron disfrutar del resto de su vida, por que yo disfruté la mía. Asesinarlos, será un pecado que podré cargar toda la eternidad.
- Sabia decisión has tomado, joven aprendiz. Hazles sentir el dolor que has sentido tú. Sustrae todo el líquido dulce y satisfactorio que corre dentro de ellos. Extrae su sangre, pero te advierto, déjalos al último latido de sus absurdos y falsos corazones. Por que si no te detienes, no lograras terminar tu tarea. Y solo la muerte inmediata caerá sobre ti. No tengas piedad de ellos.
- Al decidir quedarte, te has convertido en un ser de las tinieblas, cada noche deberás alimentarte de sangre, ya que tu naturaleza lo precisara. Como tu maestro, te sugiero, has lo que yo, bebe de inútiles e ineptos mortales que abusan de la humanidad, de los seres humanos que los rodean. Asesinándolos, violándolos- agrego haciendo un ademán y volteándose hacia mí- torturan todo lo sensato e inocente que queda en el mundo.
- Si precisas ayuda, de alguna u otra forma, oirás una tonada lejana y preciosa, síguela, y allí me encontraras. No lo olvides, querida…- se acerco a mi lentamente y dejo en mi frente un pequeño y suave beso-
Al abrir nuevamente mis ojos, me encontraba en el callejón, sola… pero despierta.